Desde que Urias conoció a Pabllo Vittar en la ciudad brasileña de Uberlândia , Minas Gerais, ambxs se volvieron inseparables. Hoy, muchos años después la joven cantante y activista trans explora su propuesta artística en un escenario pop en auge en el país vecino. Conocela!
Urias fue parte de los primeros pasos de Pabllo Vittar, fenómeno «descubierto» por el genial productor Rodrigo Gorky, convocada por la drag queen más famosa del mundo para ser su asistente personal ya siendo amigas de años, cómplices de un sinfín de anécdotas rodeadas de noches eternas. Así, conoció desde adentro el mundo de la noche, shows y la industria musical no solo brasileña ya que han viajado juntxs alrededor del mundo en cada presentación que hizo Pabllo.
Pero ella siempre quiso más y mientras se desempeñaba como asistente personal comenzó a explorar sus propias influencias, su propia voz, ideó una imagen, un estilo y comenzó su proceso de transición. El resultado no tardó en llegar, en 2017 participó del videoclip del hit «Então Vai» de Vittar y un año después colaboró en el track «Ouro» del disco «Não Para Não» para finalmente despedirse de la relación laboral que lxs unía.
Ahora sí, en solitario lanzó covers de Azealia Banks y Alcione, entre otrxs, para iniciar su carrera con el track «Diaba» en 2019, adelanto de su primer EP homónimo estrenado el mismo año, una joya alternativa con potencial para voguing.
La pandemia demoró sus planes, pero aún así en 2020 Urias quiso explorar un lado aún más dark con el track «Racha«, en el que notamos el sonido ‘industrial’/urbano, con claras influencias del tipo Arca o SOPHIE, claro que sin abandonar la inspiración del ball.
Finalmente el pasado martes (23) de la mano de Gorky y Maffalda, ambos responsables por la explosión pop que actualmente está experimentando Brasil, Urias estrenó un nuevo sencillo jugando de manera rotunda con sus influencias y capacidad sonora, totalmente camaleónica apuesta por el R&B más parecido a un indie-rock en «Foi Mal«.
«Foi Mal» habla sobre una relación que no fue, un sincero pedido de disculpas. La producción del single vino en parte ejecutada desde Dinamarca y suena a Tame Impala por momentos influenciado por Paul McCartney, una mezcla bizarra pero efectiva. El video por su parte desnuda la belleza insultante de la artista con una estética en blanco y negro esperable en material de consumo proporcionado por Lana Del Rey, otra joyita indie para el momento brasileño.
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